domingo, 31 de marzo de 2013

Del compartimento estanco a la política inclusiva.


Hace ya tiempo que venimos aceptando nuestra acción sindical o nuestra labor docente desde el punto de vista denominado compartimento estanco. Pensamos que nuestras acciones deben ceñirse a un campo concreto y que todo lo que gira a su alrededor nos es ajeno, profesionalmente hablando (o tratado de manera puntual en el día conmemorativo de…). Solo cuando irrumpe en nuestro trabajo un factor, al que hemos llamado “colateral”, reaccionamos de la manera más torpe fruto de la falta de formación o de visión lateral. Por ejemplo, una profesora lesbiana se siente acosada en el trabajo porque su director se expresa utilizando un vocabulario sexista y homófobo en la sala de profesores, al finalizar un claustro, en el despacho… Ante este supuesto podemos pensar que exageramos el hecho, ya que la profesora debe estar preparada para escuchar el discurso discriminatorio tan generalizado en la sociedad,  los maestros y directores de centros educativos pertenecen a la sociedad. No podemos transformar nuestro entorno porque la educación formal es solo un compartimento estanco de esta sociedad que se ufana de su cuadratura, estas serían algunas respuestas que calmarían nuestras conciencias...

Vayamos un paso más allá. Ahora supongamos que no es un director el que rige un colegio sino una directora y que esta directora tiene una mentalidad feminista de andar por casa (lo que es bastante común en la sociedad moderna,  pues no hay tiempo de ilustrarse más allá de la Wikipedia). En el Proyecto Educativo ha incluido vocabulario no sexista, ha decidido utilizar la palabra familia (igualmente podría haber utilizado el concepto de unidad de convivencia) en lugar de las palabras padre y madre y ha excluido el color azul y rosa del rincón de la casita en Educación Infantil. Su compañera lesbiana ha podido salir del armario, gracias al talante progresista de la directora, pero esta le ha dicho que no le pida incluir la diversidad afectivo-sexual, porque es muy complicado para un centro enfrentarse al AMPA con este tema.  La sociedad puede confundir  feminismo y lesbianismo y eso sería perjudicial para las mujeres en su conjunto, otra respuesta para calmar conciencias (o inquietar a las que vivimos en la diferencia).

Podríamos suponer que, además de feminista, la directora procediera de una familia humilde, o que fuera de una minoría étnica. Todo podría ser motivo para modificar la política funcional de un colegio o instituto. Pero, tendríamos que esperar a que se modificara la línea educativa  de un centro sí, y solo sí, la directora fuera feminista, gitana, discapacitada, lesbiana, progresista  y por lo tanto se sintiera aludida en la discriminación para fomentar políticas  educativas  que atiendan a la verdadera diversidad. ¿Y si nunca se diera esta conjunción de factores?

Discúlpenme la ironía. Pero a veces pienso que las profesoras y los profesores nos hemos desprendido de ese halo de idealismo fruto de la filosofía que construyó nuestra vocación docente. No educamos para hacer seres productivos, por lo menos no solo para esto. Sería  muy triste, ya que albergamos, en algún lugar destacado de nuestro corazón, la posibilidad de que esos chicos y esas chicas sean algún día seres plenamente felices. También la militancia sindical persigue este fin con sus trabajadoras y trabajadores, pertenezcan o no a una minoría.

Qué sucede cuándo una profesión clarividente como es la nuestra pierde el rumbo y se afana en las pequeñas  gestiones burocráticas (para que todo permanezca en su casillero) Pierde todo sentido nuestro afán por formar en la objetividad científica frente a una sociedad cada vez más compleja. La Derecha no pierde ocasión para arremeter contra el funcionariado docente, últimamente está llevando a cabo una campaña de desprestigio muy agresiva, y debemos responder de manera contundente. Tenemos que dejar claro que nuestra labor profesional es muy importante al contemplar el carácter integrador de la Educación, ya que frente a  un mundo competitivo no surte efecto la educación aséptica, mecanicista y compartimentada, sino la inclusión de todos los factores en un mundo laboral y social diverso y desde un enfoque holístico.