viernes, 25 de abril de 2014

Las políticas del Gobierno siguen discriminado a las mujeres lesbianas

Este sábado, 26 de abril, las secretarías de Políticas Sociales y de la Mujer de FSC-CCOO se suman a la celebración del Día de la Visibilidad Lésbica, que desde hace seis años se celebra esta fecha para sacar a la luz la invisibilidad de las mujeres lesbianas. Como ha sucedido en otros ámbitos, también en éste, las mujeres hemos tenido que reivindicar nuestra existencia y nuestros derechos.

A la discriminación que, en esta sociedad patriarcal, sufrimos como mujeres, se añade la imposición social heterosexual. Este sistema discrimina a las lesbianas a la segunda potencia como mujeres y como lesbianas. Por eso nos enorgullecemos con las mujeres que “han salido del armario” y se han atrevido a mostrar su amor y sus deseos en una sociedad donde la heterosexualidad es la norma. Estas mujeres son muy valientes y se han enfrentado al posible desprecio social y familiar, las amenazas (incluso laborales) y la sanción social. Pero también queremos hoy enviar nuestro cariño a todas aquellas que por alguna razón no han hecho su elección sexual pública. No es fácil hacerlo. Lamentablemente vivimos en un mundo que desprecia “al diferente” y esto es lo que, entre todas y todos, tendremos que cambiar.

Este día sirve para reivindicar la igualdad de derechos en la vida pública y política, hacer visible esta realidad en el ámbito educativo y denunciar en los medios de comunicación las trabas impuestas a unas mujeres que sienten su libertad y sus derechos coartados. La denuncia es un paso inicial para superar esta situación y que las lesbianas puedan vivir su orientación sexual con igual libertad que las personas heterosexuales.


Es importante sindicalmente luchar por los derechos de las lesbianas ya que la visibilidad de este hecho les puede condenar al acoso, al despido, al desprecio o a la mofa. Muchas parejas renuncian a derechos laborales tales como los días de permiso por matrimonio por no poder hacer pública su opción sexual.


Por otra parte, la política de recortes y reducción de derechos laborales les vuelve a afectar también doblemente por su doble discriminación. La reducción del Estado del Bienestar también contribuye a empeorar sus condiciones de vida. La austeridad económica se utiliza como excusa para imponer un modelo de familia tradicional y disminuir los derechos de todas las personas. Se plantea que con el proyecto de Orden ministerial sobre reproducción asistida el Gobierno ahorrará alrededor de 50 millones al año, haciendo de la economía un elemento esencial cuando se está en el plano de los derechos. El proyecto discrimina a parejas de lesbianas, mujeres mayores de 38 años, varones de más de 50 años y mujeres sin pareja. Los recortes en este caso no hacen sino imponer un modelo nuclear heteropatriarcal. Además, las reformas laborales del gobierno del Partido Popular están dirigidas a devolver a las mujeres a “su papel tradicional” como buenas amas de casa, cuidadoras de los varones sustentadores de una familia compuesta por el padre, la madre y los hijos e hijas. Y, precisamente, ahora más que nunca hay que revindicar la visibilidad de las lesbianas y luchar por sus derechos.

viernes, 18 de abril de 2014

ONU contra la Homofobia

Mapa educativo de la diversidad sexual y de género en España

El próximo 17 de mayo se celebra el día internacional contra la homofobia  y transfobia coincidiendo con la eliminación en 1990 de la homosexualidad de la listas de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A día de hoy, el profesorado aún no tiene la formación suficiente para abordar la cuestión del odio ante la diversidad sexual y de género. No se elabora ni ejecuta un protocolo lgtb en la práctica docente. Si tenemos en cuenta que la educación es la base de toda integración social, el hecho de que se invisibilicen estas cuestiones es algo bastante grave.

Desde muy temprana edad y hasta la edad adulta, el ritmo de la vida de los jóvenes lo marca, en su mayor medida, la escuela o el instituto. Que los centros educativos, además de impartir conocimientos básicos para que desenvuelvan en el mundo, deben ser lugares que contribuyan al desarrollo personal del alumnado, está fuera de toda duda. Por eso sobrecoge leer en el informe, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid, “Diversidad sexual y convivencia: una oportunidad educativa”, coordinado por el profesor José Ignacio Pichardo Galán, que las escuelas son cada vez espacios hostiles para algunos jóvenes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGTB). Al leerlo nos damos cuenta que la aceptación de los demás, con sus diferencias y preferencias, es un principio que aún está lejos de cumplirse.
Muchos trabajos de investigación en las ciencias sociales dan luz a una realidad que ya intuimos. Sin embargo, el valor de las mismas es que los datos se imponen y, alejándose de percepciones subjetivas, muestran hechos. Es el caso de la presente investigación que revela, sin ningún género de dudas, que el acoso escolar por homofobia y transfobia es un hecho en los contextos educativos de España.   
Esta línea de estudios ha sido posible, con más que deficiente compromiso de las administraciones públicas, merced a la colaboración de las organizaciones LGTB con la universidad madrileña. Los resultados están a la vista (Se pueden observar con detalle en el enlace abajo indicado), y como pocos, han logrado iniciar una línea de investigación inédita hasta 2005 en nuestro país, así como poner sobre la mesa una probleática hasta entonces completamente invisbilizada. Se ha conseguido incluso insertar el acoso por orientación sexual e identidad de género en las agendas de algunos sindicatos, partidos políticos, organizaciones de defensa de los derechos humanos y organizaciones educativas.
“Diversidad sexual y convivencia: una oportunidad educativa” es un trabajo que era necesario. No solo porque todavía quedan muchos aspectos por investigar, muchos matices que dibujar y que aprender a detectar, sino porque dados los resultados que hemos encontra en los últimos años, es preciso hacer un seguimiento constante, ejercer observación permanente de la evolución.
Cuando estudios como el presente alertan de que la población LGTB está especialmente expuesta a sufrir violencia psicológica y/o física en las escuelas y que eso le puede llevar a plantearse el suicidio en mayor proporción que el resto de alumnado, no podemos bajar la guardia, tenemos que seguir trabajando hasta reducir unas cifras, unas realidades, intolerables. La historia nos muestra que los cambios legislativos o jurídicos no son suficientes para conseguir un cambio real hacia la igualdad. La igualdad de género no se consiguió con cambios legislativos, prevaleciendo aún hoy costumbres y actitudes machistas. Del mismo modo, la aceptación social de la diversidad sexual y la igualdad de trato entre personas con diferentes orientaciones sexuales no se ha logrado con los avances legislativos en equiparación de derechos. Al cambio de valoraciones y actitudes, para el que, por supuesto, es fundamental el papel de la educación.
Si el objetivo de la educación, como creemos, es ayudar y permitir a cada persona realizarse según su potencial singular, es preciso nombrar y mostrar otras posibilidades humanas que vayan más allá de los modelos que ofrecen los medios de comunicación y que abran puertas a la aceptación y respeto a la diversidad. En este sentido, nos parece necesario el trabajo en el aula sobre diversidad sexual, los diferentes modelos de familia, los distintos modos de expresar el género, nuevas masculinidades y nuevas formas de entender y expresar la feminidad.
No en vano, esta investigación muestra la relación entre la intervención en el aula con talleres y propuestas educativas sobre diversidad lgtb y la percepción positiva de la misma, así como la discriminación por razón sexista y homofóbica. Favorecer un crecimiento humano en todas sus potencialidades sólo es posible en ambientes igualitarios en los que haya un absoluto respeto a la dignidad humana y a la diversidad, donde cada cualidad humana se valore sin estigmatizaciones ni dolorosos rechazos. Los centros educativos, las aulas, tienen el reto de transformarse en estos espacios inclusivos de la diversidad. Más allá de las políticas educativas, que por supuesto han de ser inclusivas e igualitarias, generar contextos seguros e inclusivos para la totalidad del alumnado en el sistema educativo es responsabilidad de las personas que participamos en él.
Cualquier persona que se dedique a la docencia, lo haga desde la asignatura que lo haga, tiene que hacerse cargo de su papel en el sistema generador de estos contextos. Como es obvio, la detección de homofobia y de otras formas de exclusión así como la intervención para paliarla depende en gran medida de la formación y los recursos del profesorado. Esta investigación tiene el valor de incluir la visión del profesorado y sus formas de intervención, lo que ha llevado a los docentes participantes a la autorreflexión, a reflexionar sobre posibles intervenciones, así como sobre su propia actitud, diferenciando entre buenas y malas prácticas. Según la  percepción del profesorado se muestra en la investigación una constante necesidad de formación.

Prólogos del estudios sobre homofobia en los centros educativos, “Diversidad sexual y convivencia”, Jesús Generelo, Raúl de la Torre y Yolanda Herranz

Estudio resumido en: http://amecopress.net/IMG/pdf/Informe.pdf