viernes, 18 de abril de 2014

Mapa educativo de la diversidad sexual y de género en España

El próximo 17 de mayo se celebra el día internacional contra la homofobia  y transfobia coincidiendo con la eliminación en 1990 de la homosexualidad de la listas de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A día de hoy, el profesorado aún no tiene la formación suficiente para abordar la cuestión del odio ante la diversidad sexual y de género. No se elabora ni ejecuta un protocolo lgtb en la práctica docente. Si tenemos en cuenta que la educación es la base de toda integración social, el hecho de que se invisibilicen estas cuestiones es algo bastante grave.

Desde muy temprana edad y hasta la edad adulta, el ritmo de la vida de los jóvenes lo marca, en su mayor medida, la escuela o el instituto. Que los centros educativos, además de impartir conocimientos básicos para que desenvuelvan en el mundo, deben ser lugares que contribuyan al desarrollo personal del alumnado, está fuera de toda duda. Por eso sobrecoge leer en el informe, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid, “Diversidad sexual y convivencia: una oportunidad educativa”, coordinado por el profesor José Ignacio Pichardo Galán, que las escuelas son cada vez espacios hostiles para algunos jóvenes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGTB). Al leerlo nos damos cuenta que la aceptación de los demás, con sus diferencias y preferencias, es un principio que aún está lejos de cumplirse.
Muchos trabajos de investigación en las ciencias sociales dan luz a una realidad que ya intuimos. Sin embargo, el valor de las mismas es que los datos se imponen y, alejándose de percepciones subjetivas, muestran hechos. Es el caso de la presente investigación que revela, sin ningún género de dudas, que el acoso escolar por homofobia y transfobia es un hecho en los contextos educativos de España.   
Esta línea de estudios ha sido posible, con más que deficiente compromiso de las administraciones públicas, merced a la colaboración de las organizaciones LGTB con la universidad madrileña. Los resultados están a la vista (Se pueden observar con detalle en el enlace abajo indicado), y como pocos, han logrado iniciar una línea de investigación inédita hasta 2005 en nuestro país, así como poner sobre la mesa una probleática hasta entonces completamente invisbilizada. Se ha conseguido incluso insertar el acoso por orientación sexual e identidad de género en las agendas de algunos sindicatos, partidos políticos, organizaciones de defensa de los derechos humanos y organizaciones educativas.
“Diversidad sexual y convivencia: una oportunidad educativa” es un trabajo que era necesario. No solo porque todavía quedan muchos aspectos por investigar, muchos matices que dibujar y que aprender a detectar, sino porque dados los resultados que hemos encontra en los últimos años, es preciso hacer un seguimiento constante, ejercer observación permanente de la evolución.
Cuando estudios como el presente alertan de que la población LGTB está especialmente expuesta a sufrir violencia psicológica y/o física en las escuelas y que eso le puede llevar a plantearse el suicidio en mayor proporción que el resto de alumnado, no podemos bajar la guardia, tenemos que seguir trabajando hasta reducir unas cifras, unas realidades, intolerables. La historia nos muestra que los cambios legislativos o jurídicos no son suficientes para conseguir un cambio real hacia la igualdad. La igualdad de género no se consiguió con cambios legislativos, prevaleciendo aún hoy costumbres y actitudes machistas. Del mismo modo, la aceptación social de la diversidad sexual y la igualdad de trato entre personas con diferentes orientaciones sexuales no se ha logrado con los avances legislativos en equiparación de derechos. Al cambio de valoraciones y actitudes, para el que, por supuesto, es fundamental el papel de la educación.
Si el objetivo de la educación, como creemos, es ayudar y permitir a cada persona realizarse según su potencial singular, es preciso nombrar y mostrar otras posibilidades humanas que vayan más allá de los modelos que ofrecen los medios de comunicación y que abran puertas a la aceptación y respeto a la diversidad. En este sentido, nos parece necesario el trabajo en el aula sobre diversidad sexual, los diferentes modelos de familia, los distintos modos de expresar el género, nuevas masculinidades y nuevas formas de entender y expresar la feminidad.
No en vano, esta investigación muestra la relación entre la intervención en el aula con talleres y propuestas educativas sobre diversidad lgtb y la percepción positiva de la misma, así como la discriminación por razón sexista y homofóbica. Favorecer un crecimiento humano en todas sus potencialidades sólo es posible en ambientes igualitarios en los que haya un absoluto respeto a la dignidad humana y a la diversidad, donde cada cualidad humana se valore sin estigmatizaciones ni dolorosos rechazos. Los centros educativos, las aulas, tienen el reto de transformarse en estos espacios inclusivos de la diversidad. Más allá de las políticas educativas, que por supuesto han de ser inclusivas e igualitarias, generar contextos seguros e inclusivos para la totalidad del alumnado en el sistema educativo es responsabilidad de las personas que participamos en él.
Cualquier persona que se dedique a la docencia, lo haga desde la asignatura que lo haga, tiene que hacerse cargo de su papel en el sistema generador de estos contextos. Como es obvio, la detección de homofobia y de otras formas de exclusión así como la intervención para paliarla depende en gran medida de la formación y los recursos del profesorado. Esta investigación tiene el valor de incluir la visión del profesorado y sus formas de intervención, lo que ha llevado a los docentes participantes a la autorreflexión, a reflexionar sobre posibles intervenciones, así como sobre su propia actitud, diferenciando entre buenas y malas prácticas. Según la  percepción del profesorado se muestra en la investigación una constante necesidad de formación.

Prólogos del estudios sobre homofobia en los centros educativos, “Diversidad sexual y convivencia”, Jesús Generelo, Raúl de la Torre y Yolanda Herranz

Estudio resumido en: http://amecopress.net/IMG/pdf/Informe.pdf

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