jueves, 20 de noviembre de 2014

Lectura feminista de la crisis y del austericidio (II)

A estas diferencias hay que sumar su desigual aceso a los recursos como el crédito o en otros ámbitos la tierra, pero también a los espacios de poder y de toma de decisiones, sobre todo en el ámbito financiero, que es uno de los que concentra más poder y, curiosamente, es uno de los ámbitosprofesionales más masculinizados.  Esto es especialmente grave en el contexto institucional europeo sobre todo a raíz del Tratado de Maastricht en 1992, porque es en esas instancias donde se están tomando decisiones políticas que afectan a todas y a todos y que sin embargo, escapan del poder democrático.
  En definitiva, si estamos en situación diferenciada, es normal que hayamos participado de manera diferente en la generación de la crisis. Al no estar en los espacios de toma de decisión en los financieros, y que suframos de manera desigual el impacto de esta crisis.
    Me gustaría hacer un inciso. se ha discutido mucho en ciertos ámbitos dentro del feminismo sobre la conveniencia de llamar a lo que nos está ocurriendo crisis en tanto en cuanto, las mujeres estábamos ya en crisis, sobre todo en lo que se conoce como crisis de los cuidados.
  Coincidiendo en que la crisis está ya enferma y le están poniendo un tratamiento equivocado, y que por tanto, es legítimo también desde una perspectiva feminista, hablar de crisis económica, sobre todo a raíz del cambio de políticas para combatir la crisis en la primavera del 2010, cuando viramos a lo que se ha dado a conocer como políticas de austeridad. Aunque en realidad se trate de políticas de recortes y de reformas ya que se está recortando de forma selectiva. Sin embargo, estamos frente a las conocidas políticas deflacionistas, las políticas neoliberales de antes, pero a las que le hemos añadido la cantinela moral de que hay que ser austeros. Porque eso más o menos lo entiende: no podemos gastar por encima de nuestras posibilidades. Lo que supone la justificación moral y políticamente perfecta para hacer los recortes y las reformas.
  Sin que ello suponga que nos están sacando o nos han sacado de la crisis, ya que nunca, salvo excepciones de países muy pequeños y normalmente con devaluaciones de la moneda y con pactos precisamente de caracter nacional con los sindicatos, se ha salido de una crisis de estas características con políticas de austeridad. Lo que se está haciendo es realmente un pulso en el que se nos está "desempoderando", se nos está empobreciendo y desmontando la todavía débil democracia que teníamos. Porque cada vez tenemos muchas menos posibilidades y herramientas para un control democrático sobre lo que nos ocurre.

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