jueves, 26 de febrero de 2015

EMOCIÓN MÁS CINE




   La finalidad del binomio «cine y emociones» no es otra que la de garantizar un proceso de educación integral caracterizado por un adecuado grado de homeostasis entre las dimensiones personales y sociales de los individuos, es decir, el sentido de globalidad del ser humano.

A menudo se ha identificado la educación, sobre todo la formación en las instituciones educativas, con una visión de la persona en la que la razón se convierte en criterio y control de todo.
Y por ello sólo se ha pretendido trabajar con los conocimientos para una inteligencia separada de todo lo que a una persona la convierte en humana, en ser vivo que siente, se alegra, sufre.
En ese sentido, lo emocional ha sido (o es) infravalorado cuando no visto como sospechoso o temible. (Quizás también por esa represión, luego se producen estallidos brutales del mundo emocional - pasional.)
Sin embargo, la persona es un ser llamado a integrar sus dimensiones cognoscitivas, emocionales y volitivas.
Y prestigiosos psicólogos contemporáneos han demostrado esa integración en sus estudios sobre inteligencia emocional.
Por eso, en este artículo, se trataría de recoger las nuevas concepciones sobre la emoción y su lugar en la persona humana y presentar una forma de vincularla a la educación, a la formación en valores a través de un medio, el cine, que llega directamente a lo emocional de la persona pero que está llamado a ser recibido por la totalidad de la persona y aprovechado como un mensaje, una comunicación de educación y cultura.
Palabras clave: educación, emoción, alfabetización emocional, educación en valores, intervención pedagógica, lenguaje cinematográfico.

¿Por qué el cine es tan importante para la educación emocional?

-          las experiencias emocionales y audiovisuales son decisivas en la construcción de la identidad personal y en las posibilidades que se establecen en la educación para la vida, para la felicidad y para el bienestar.
-         El cine como instrumento pedagógico que se adentra, reproduce e investiga la vida humana, sus conflictos, pasiones y emociones nos conecta con el “como si”, es decir, ese mundo irreal o percepción virtual desde la cual vivimos y sentimos, reconociéndonos, identificándonos, transformándonos y adaptándonos a través de la risa, la tristeza, el amor, el gozo... despertando en el espectador unos sentimientos, pensamientos, actitudes que transferirá al aprendizaje de experiencias en un medio y situación concreta.
-         El cine es además una ventana abierta al mundo que ofrece un lenguaje, un medio de comunicación, un arte,... donde se conjuga un análisis técnico, estético, sociológico, psicológico y pedagógico de la realidad que nos ha tocado sentir y vivir (Bautista y San José, 2002; Tarkovski, 2002; Ortigosa, 2002; Martínez-Salanova, 2003 y Eco, 2004).
-         La finalidad del binomio «cine y emociones» no es otra que la de garantizar un proceso de educación integral caracterizado por un adecuado grado de homeostasis entre las dimensiones personales y sociales de los individuos, es decir, el sentido de globalidad del ser humano.
-         Desde un punto de vista psicopedagógico, el cine se convierte en una vía de proyección, ya que una vez vista la película el receptor vivencia los contenidos emocionales a través de los actores y/o transfiere sus sentimientos y conflictos hacia dichos personajes. Por este motivo entramos en la relación causa-efecto (dimensión racional) y en estructuras de asociación y transferencia (dimensión emocional) del uso de los medios audiovisuales.
-         La existencia del hombre o la mujer light, la persona “suave” no tiene el mínimo interés por lo cultural, su máxima definitoria es la superficialidad y tiende a huir de cualquier intento de entrar a conversar sobre temas culturales, desarrollando y recurriendo de inmediato a una trivialización de estos.( Sartori denuncia directamente a los agentes responsables de esta ceguera teledirigida: familias, educadores, centros educativos, periodistas, medios de comunicación, formadores de periodistas y empresas de comunicación, principalmente. Esto obliga al profesorado hacia una responsabilidad para advertir de la importancia destructora de la imagen, sin embargo, las instituciones educativas deberían ser capaces de que el alumnado interaccionar de una forma horizontal y crítica, donde la participación sea democrática e igualitaria ya que todos ven el film y todos pueden reflexionar y participar.

Cine y comunicación. Niveles.
-          El primer nivel sería el de los sistemas perceptivos, vista y oído, de forma que se puede acceder a la información de un modo inmediato, únicamente a través de los estímulos más primarios.
-         En un segundo nivel, estarían los lenguajes asociados a los sistemas perceptivos: imagen, sonido fonético y musical, ruidos y señales. Todos ellos producen una amplia gama de referentes culturales de reconocimiento y codificación.
-         el tercer nivel sería el que actúa de forma subconsciente. La disposición de los encuadres y utilización de la luz, los movimientos de cámara, la elección del espacio escénico, el manejo de la música y el movimiento de los actores, entre otros, son elementos que el espectador medio no percibe conscientemente, pero son los que combinados logran que las películas nos transmitan determinadas sensaciones y emociones.


Cine y sociedad             

Debemos subrayar la inmensa capacidad del cine para transmitir un conocimiento directo, vivo, real de acontecimientos y sucesos sociales. El cine no sólo llega a la inteligencia de las personas, sino también conecta con sus emociones, para generar motivaciones y para facilitar el compromiso de las personas con el cambio. Cambio que se puede producir o favorecer a partir de la realidad más inmediata.
En nuestra cultura, especialmente en determinados ambientes o sectores sociales, se ha considerado de mala educación su manifestación espontánea se ha inculcado su control y hasta su represión e incluso castigo. Este planteamiento derivaba de la identificación de la persona con su componente racional y del menosprecio hacia lo afectivo. Sin embargo, como ya hemos indicado, la visión unitaria del ser humano, la aceptación de su complejidad, han llevado recientemente a destacar la importancia de la emoción tanto en lo personal como en lo social y laboral. No vamos a insistir de nuevo en la trascendencia que han alcanzado los estudios sobre la inteligencia emocional.

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