jueves, 19 de febrero de 2015

Haciendo y deshaciendo el género - Parte 1ª


Por Elvira Burgos Díaz.- El género no es un asunto meramente personal y que nos afecte de manera exclusivamente individual. Es el marco social, colectivo y común, el que da sentido y significado a eso que llamamos identidad de género. Ahí llegamos a ser; obtenemos, o no, legibilidad y reconocimiento y desde ahí nos autorreconocemos o nos convertimos en irreconocibles para nosotros mismos. 
Uno de los más recientes libros de la filósofa feminista Judith Butler incluye varios ensayos dedicados a la compleja y debatida cuestión de la intersexualidad y de la transexualidad. Undoing Gender[i] es el título de esta obra. La categoría de género -y la noción de sexo, por supuesto- es, y desde el comienzo de su reflexión en Gender Trouble[ii], una categoría problemática. El género es el centro de atracción no porque esperemos la pronta resolución del problema sino, antes bien, porque es un aspecto fundamental de nuestra existencia; un aspecto cuya fuerza reside en que su carácter problemático nos mantiene constantemente despiertos, atentos a las interrogaciones y en un incesante movimiento del pensamiento y de la vida misma.
Afirmar que el género es un núcleo ontológicamente fijo, una esencia segura, clara y distinta, es hacer imposible, invivible, la vida de un gran número de personas, y es hacer difícil, cuanto menos, la existencia de todo individuo. El género no es un asunto meramente personal y que nos afecte de manera exclusivamente individual. Es el marco social, colectivo y común, el que da sentido y significado a eso que llamamos identidad de género. Ahí llegamos a ser; obtenemos, o no, legibilidad y reconocimiento y desde ahí nos autorreconocemos o nos convertimos en irreconocibles para nosotros mismos. 
En la Introducción, "Acting in Concert", Butler insiste en subrayar aquello que ya sabemos quienes hemos dedicado empeño en leer y comprender sus textos anteriores. Aunque el género tenga que ver con prácticas de improvisación dentro de un mapa de constricciones sociales y culturales, las personas no hacen su género cada una a solas consigo misma. Hacer el género es un hacer siempre con otros y otras, estén o no presentes, sean reales o imaginarios. Y lo dicho es válido para mujeres y hombres tanto como para transgéneros, transexuales e intersexo. Porque, dirá Butler, esos términos con los que llevamos a efecto nuestra realización del género están ya ahí fuera en esa sociedad en la que múltiples personas están implicadas[iii]. Los deseos, nuestros deseos, no es en la persona donde se originan sino que son las normas de género las que los conforman.
De esas normas depende que seamos o no sujetos viables. Ese entorno social que nos constituye es al mismo tiempo, y paradójicamente, el que abre nuestra posibilidad de acción, entendiendo que nuestra acción puede consistir en una reacción crítica que cuestiona las normas con el fin de la transformación, para que el contexto y las condiciones sociales sean de tal manera que permitan la existencia -la supervivencia- y el florecimiento de otros modos de vida, también de aquella vida que se concibe a sí misma como un ejercicio insistente de crítica y de autotransformación.
Para esta tarea de interrogación de las normas de género y que es un trabajo en favor de las vidas que las normas hegemónicas convierten en irreconocibles e invivibles, Butler dice tener en cuenta la "New Gender Politics" que se ha desarrollado en los últimos años y que combina movimientos intersexo, transgéneros, transexuales junto con elementos provenientes del feminismo y de la teoría queer[iv]. Sin duda, la discriminación que sufren las mujeres debe seguir siendo disputada pero la identidad de género es un concepto más extenso que no sólo se refiere a mujeres y hombres sino también a individuos que viven en un cruce de identidad: transgéneros, transexuales, intersexo. Estas personas son objeto de violencia de género.
Una cierta tensión se observa entre el movimiento intersexo y el transexual, por una parte, y la teoría queer, por otra, si entendemos que lo queer se posiciona en contra de toda categoría de identidad -lo que tampoco está tan claro ya que fundamentalmente lo rechazado por lo queer es la determinación de la identidad en función de un criterio anatómico esencialista-. No obstante, se da una más importante unión entre los tres grupos: se oponen unánimemente a la asignación de una identidad no querida. También coinciden en su oposición a la homofobia con independencia de cuál sea la orientación y la práctica sexual. Cabe pensar, además, que el deseo transexual no tiene por qué ser un deseo por ajustarse a categorías estables de identidad; puede ser, y lo es en el caso de algunas personas transexuales, un deseo por vivir la identidad como una actividad de transformación.  
En el centro de estos movimientos y teorías está el concepto de lo humano, mas no como cuestión abstracta sino como categoría en la que la vida y la muerte se forjan. La peculiar, tremendamente lúcida, mirada de Butler, retiene esta idea y nos la ofrece hilvanando argumentos persuasivos.
Contra esa versión de lo humano que requiere morfologías ideales constrictivas de los cuerpos que no admitiendo indeterminaciones de sexo prescriben violentas intervenciones quirúrgicas, se dirigen los movimientos intersexo afirmando que tales personas forman parte de un continuo de lo humano y que sus vidas pueden desarrollarse sin la mediación invasiva de las instituciones médicas. El modelo normativo de la coherencia de género no reconoce como humanos a esos cuerpos. Esa prescripción social de coherencia de género también patologiza a las personas que manifiestan deseos de vivir bajo otro género o que simplemente manifiestan comportamientos asignados al género al que se dice que no pertenecen.


[i] Judith Butler, Undoing Gender, Routledge, New York-London, 2004.
[ii] Judith Butler, Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity, New York and London, Routledge, 1990. Versión castellana: El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, México, Paidós, 2001.
[iii] Judith Butler, Undoing Gender, op. cit., p. 1.
[iv] Ibíd., p. 4.

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